AL FINAL DEL PRIMER AÑO GRACIAS


Al final del primer año
GRACIAS

Hace ya un año, como jóvenes universitarios católicos, decidimos congregarnos y trabajar por la evangelización del ámbito universitario, convencidos de que no hay mejor bien que trasmitir a los demás la plenitud y el gozo que se viven cuando se está con Cristo. Sabíamos que no sería una tarea sencilla, la constante –y a veces agresiva- secularización, el creciente relativismo y el progresivo desdén al horizonte trascendente de la realidad, han hecho que muchos –en la universidad o fuera de ella- adoptemos  inconscientemente una actitud de silencio, llevándosenos a guardar en secreto nuestras convicciones, a dejar de lado el esfuerzo por vivir cotidiana y públicamente conforme a ellas, o incluso a sentirnos avergonzados por seguir a Cristo. Sin embargo, confiando en las palabras de su Santidad Benedicto XVI: “(…) hoy, yo quisiera, con gran fuerza y gran convicción, a partir de la experiencia de una larga vida personal, decir a todos vosotros, queridos jóvenes: ¡No tengáis miedo de Cristo! Él no quita nada, y lo da todo. Quien se da a él, recibe el ciento por uno. Sí, abrid, abrid de par en par las puertas a Cristo, y encontraréis la verdadera vida”[1], quisimos dar inicio a esta aventura, compartiendo con los demás la alegría y necesidad de responder a estos nuevos desafíos que se presentan en el mundo contemporáneo, en el caso concreto de nuestra casa de estudios: el ser una universidad católica.

El nombre de la agrupación se tomó no solo en reconocimiento al aporte intelectual y material que Don José de la Riva Agüero otorgó a la universidad y al Perú, sino también a su sincero anhelo –fruto de su conversión- de contribuir a una producción académica interdisciplinaria iluminada por el humanismo cristiano. Por su parte, nuestra actual atención en torno a la situación de la universidad responde al aprecio que le tenemos, a la preocupación por su deterioro institucional y al deseo de recuperar la misión por la cual fue fundada en 1917. Una universidad así, lejos de empobrecer el pensamiento o encasillar la libertad, potencia el diálogo entre la fe y la razón, fortalece el espíritu de la juventud, aporta cambios positivos a la sociedad y sobretodo acoge siempre con respeto a cada uno de sus alumnos, docentes y trabajadores. Una universidad así, está llamada a ser «una presencia, por así decir, pública, continua y universal del pensamiento cristiano en todo esfuerzo tendiente a promover la cultura superior y, también, a formar a todos los estudiantes de manera que lleguen a ser hombres insignes por el saber, preparados para desempeñar funciones de responsabilidad en la sociedad y a testimoniar su fe ante el mundo»[2].

Habiendo transcurrido un año, queremos agradecer profundamente a los miembros de nuestro Consejo Consultivo, por acompañarnos con su experiencia y esperanza en esta iniciativa; a cada uno de los que pública o privadamente nos ha dado su apoyo, por confiarnos sus esfuerzos y alentarnos a continuar; a nuestros colaboradores, por su dedicación, compromiso y buena voluntad; a la comunidad universitaria, porque en general ha recibido con buenos ojos esta honesta labor que realizamos, porque muchos de ellos nos han hecho llegar los ánimos correspondientes para recuperar la identidad institucional de la misma; y finalmente a Dios, por ser quien con su amor y gracia mueve el trabajo que se ha hecho hasta ahora y que nos comprometemos a continuar gratuitamente.

Siendo hoy día de Santa Rosa de Lima, patrona del Perú, América y Filipinas, así como también patrona de nuestra universidad, acudimos a su intercesión, para que junto a la de Santa María permitan el camino a la reconciliación de nuestra casa de estudios, haciéndosenos posible experimentar aquello que es propio de la vida universitaria: “la ardiente búsqueda de la verdad y su transmisión desinteresada a los jóvenes y a todos aquellos que aprenden a razonar con rigor, para obrar con rectitud y para servir mejor a la sociedad[3].


Lima, 30 de agosto de 2012


Agrupación Universitaria Riva-Agüero



[1] Su Santidad Benedicto XVI. Homilía de la Santa Misa: Imposición del Palio y entrega del Anillo del pescador, en el solemne inicio del Ministerio Cetrino del Obispo de Roma. Plaza de San Pedro - Roma, Domingo 24 de abril de 2005.
[2] CONCILIO VATICANO II, Declaración sobre la Educación Católica Gravissimum educationis, n. 10: AAS 58 (1966), p. 737.
[3] Su Santidad Juan Pablo II. Constitución Apostólica Ex Corde Ecclesiae, Roma, 1991, párr. 2.

Comentarios

  1. Hola! Como puedo ser un miembro de esta organización? Soy Renato Higa Griffin, 20120363. Felicitaciones por el aniversario!

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